Palabra Clave (La Plata), abril 2012, vol. 1, nº 2, p. 29-47. ISSN 1853-9912
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Departamento de Bibliotecología

Artículo/Article

La Colección Austral: 75 años de cultura en el bolsillo (1937-2012)

[The Austral Collection: 75 years of culture in your pocket (1937-2012)]

Juan Miguel Sánchez Vigil & María Olivera Zaldua

Departamento de Biblioteconomía y Documentación, Facultad de Ciencias de la Documentación, Universidad Complutense de Madrid, España. e-mail: jmvigil@ccinf.ucm.es

La vida de cada cual está jalonada de música, de amistades, de amores, de ciudades, de episodios gratos e ingratos, y, singularmente, de libros. Debo, en mi caso, tantas revelaciones a tantos hombres que escribieron y a tantos que imprimieron y divulgaron. No ensayaré una lista de lo mucho que compromete mi gratitud a las miles de páginas que la Colección Austral trajo a mis manos; sé que en las listas lo único que se advierte son las omisiones. He aquí, pues, un testimonio breve de mi ya antiguo e incesante y, sin duda, futuro agradecimiento.
Jorge Luis Borges
(Olarra Jiménez, 2003)

Resumen: En 2012 la emblemática Colección Austral, pionera en el libro de bolsillo, cumplirá 75 años habiendo logrado pasar de colección a sello editorial dentro del Grupo Planeta, quien la adquirió al hacerse cargo de la editorial Espasa a comienzos de la década de los noventa. Es objeto de este artículo el análisis del significado, evolución y desarrollo de Austral desde su creación en 1937 hasta la actualidad, dentro del marco de la historia de la edición, considerando tanto el fondo como la forma; es decir, el contenido y el diseño. La metodología empleada ha sido el estudio de la bibliografía sobre el tema, y en especial de la propia colección en todos sus modelos. Se ha elaborado una base de datos con autores, títulos y fechas de publicación, para lo que ha sido necesario consultar ejemplares en diversas bibliotecas públicas y privadas con el fin de revisar todos los números. Se ha investigado asimismo sobre todas las variaciones de la colección, resultando seis modelos diferentes. Se concluye que la Colección Austral es paradigma del libro de bolsillo, agente difusor de la cultura en Iberoamérica y un proyecto difícilmente repetible.

Palabras clave: Colección Austral, Edición, Historia de la edición, Industrias culturales, Historia del libro, Libro de bolsillo

Abstract: The emblematic Austral Collection, a pioneer in pocket books, is celebrating its 75th anniversary in 2012, after having progressed from being a collection to a proper publishing company within the Planeta Group. Planeta acquired Austral when it took over the Espasa publishing company in the decade of the nineties. The goal of this article is to analyze Austral’s significance, evolution and development since its creation in 1937 up to date, within the framework of the history of its publication, considering both the contents and the design. The methodology used has been that of studying the bibliography on the subject and in particular the collection itself in all of its models. A data base has been prepared with authors’ names, titles and publication dates, for which it was necessary to consult several collections in public and private libraries in order to review all the volumes. Research was also carried out on all the variations found in the collection and six different models were found. The conclusion is that the Austral Collection can be considered a paradigm of pocket books and a leading promotional agent for culture in Latin America; a project which would be very difficult to repeat.

Keywords: Austral Collection, Edition, History of the publication, Cultural Industries, History of the Book, Pocket Book

Introducción

El libro de bolsillo tiene como referente en cuanto a su creación el modelo de la colección inglesa Penguin, presentada en 1935. Esta premisa, aceptada por los historiadores de la edición, se debe sin duda al desconocimiento de la edición en lengua española. Efectivamente, Penguin fue una colección con todos los ingredientes del libro de bolsillo: precio equilibrado, formato reducido y contenidos de interés general, y esas fueron las características que ampliaron el mercado en el Reino Unido. Sin embargo, en 1919, casi veinte años antes, hubo un antecedente en la editorial madrileña Calpe (Compañía Anónima de Librería, Publicaciones y Ediciones) que dirigía Nicolás María de Urgoiti: la Colección Universal. Y aún antes las colecciones populares de la prensa, como la Biblioteca de La Nación en Buenos Aires (1901-1920), habían trazado el camino (Severino, 1996), así como otras de gran difusión entre las que se encuentran Ediciones Mínimas (1915-1922) y Ediciones Selectas-América (1919-1922). Los periódicos consiguieron asociar la lectura en los libros y en la prensa, ya como indica Margarita Merbilháa: “Los textos se publicaban en una determinada página del diario y se editaban después en volúmenes. Así surgió la Biblioteca de La Nación” (Merbilháa, 2006, p. 32).

Urgoiti fue un intelectual, un empresario comprometido con su tiempo responsable de la empresa La Papelera Española desde su fundación en 1900. Al poner en marcha la Colección Universal se propuso dos objetivos: aumentar la fabricación de papel y difundir la cultura entre las clases media y baja. Tras estos propósitos había otros de carácter político con los que pretendía la renovación social, es decir los cambios que permitieran elevar el nivel de España para equipararse a las potencias europeas.

La Colección Universal, dirigida por el prestigioso profesor Manuel García Morente, autoridad en materia literaria, formó parte de un amplio proyecto cultural que se inició con el diario El Sol (1917-1931), en el que escribió Ortega y Gasset desde su apertura hasta su cierre. Fue el escaparate ético de Nicolás Urgoiti, con las secciones habituales más una serie de suplementos dedicados a la agricultura, ciencias sociales y económicas, derecho, historia, medicina y pedagogía. El análisis de la Colección Universal, que se publicó numerada, permite aseverar que se trata de una colección de bolsillo por las razones antes apuntadas: bajo precio, pequeño formato, reducido número de páginas (cien para cada número) y contenidos diversos. Y aún más, en otra vuelta de tuerca Urgoiti creó la Biblioteca El Sol, colección de libros de periodicidad mensual, gratuita para los suscriptores del diario, y cuyos fondos procedían de Universal. Con esta maniobra se conseguía un triple propósito: mayor demanda de periódicos, gran difusión de los libros y creación del hábito de lectura.

El escritor y periodista Enrique Díez Canedo presentó los primeros títulos el 12 de agosto de 1919, formados por clásicos de la literatura española (Mío Cid fue el número 1), francesa, alemana y rusa. Comenzaba así una nueva etapa en la industria cultural española al abrir la lectura a las clases populares (Carrasco et. al., 1983).

En junio de 1922 Urgoiti envió a su hijo Julián a Buenos Aires con el fin de abrir una oficina para la importación de libros españoles, y en octubre de ese año el empresario en persona inauguró el nuevo negocio con un discurso en el que vinculó la comercialización del papel a la expansión cultural:

La Papelera Española […] creyó llegado el momento de realizar un esfuerzo haciendo un llamamiento a la vez a los capitalistas y a los intelectuales para llegar a constituir una gran sociedad editorial que, abarcando en lo posible todas las manifestaciones de la cultural mundial, presentase a los pueblos de habla española lo mejor de su producción intelectual y tradujese a nuestro idioma las manifestaciones de la cultura universal (Urgoiti, 1922, p. 2).

Comenzaba así la difusión de la Colección Universal en América, la primera de bolsillo, antecedente de la mítica Austral como ha escrito José Carlos Mainer: “Creación editorial de La Papelera Española que, al enjugar excedentes de fabricación, se constituía así en pionera del paper back o libro de bolsillo en el mundo” (1999, p. 76). Del catálogo de la Universal se recuperarían después buena parte de los títulos para la Colección Austral.

La editorial Calpe vivió en aquellos años un periodo de transición hasta su fusión con la mítica Espasa en 1925 (Sánchez Vigil, 2005), en cuyo catálogo se encontraba la Enciclopedia Universal Ilustrada. El relanzamiento de ambas empresas duró una década y se vio truncado por la guerra civil en julio de 1936, lo que dio lugar a que se creara temporalmente la sociedad Espasa-Calpe Argentina (ECA) al quedar inactivos los talleres y oficinas de Madrid. El responsable de la edición en Buenos Aires fue Gonzalo Losada, quien con una gran visión puso en marcha una nueva colección a la que llamó Austral.

Se pretende en este artículo el estudio de la Colección Austral desde su creación en 1937 hasta la actualidad, con el fin de aportar nuevos datos a la historia del libro y de la edición española y argentina. Se investiga sobre su significado cultural, los contenidos, el diseño y el desarrollo, pasando de colección de la editorial Espasa a uno de los sellos emblemáticos del Grupo Planeta.

Metodología

El método seguido parte del análisis de la bibliografía y hemerografía sobre la edición española. Asimismo se ha revisado y analizado la colección completa en fondo y forma, es decir, los contenidos y el diseño en todos los modelos, valorando el impacto cultural en las sucesivas generaciones de lectores. Se han consultado los archivos de la editorial Espasa y se han realizado entrevistas con tres de los editores responsables: Nuria Esteban y Mario Fernández (Espasa), y María Teresa Castaño (Planeta).

Los catálogos generales de la editorial, los de la propia colección y las páginas de crédito de los libros han sido fundamentales para conocer las fechas de edición y en consecuencia para elaborar un cronograma con referencias concretas (Austral, 1948, 1987). En el proceso de trabajo se ha realizado una base de datos con seis campos específicos (número, autor, título, color, fecha de edición y notas) para recuperar la información que nos ha permitido obtener las conclusiones.

Entre los libros consultados son clave el dirigido por José Luis de Diego titulado Editores y políticas editoriales en Argentina, 1880-2000 (2006), especialmente los ensayos dedicados a la primera mitad del siglo XX (Merbilháa; Delgado y Espósito; de Diego); el de Rafael Olarra Jiménez dedicado a su padre, Espasa-Calpe. Manuel Olarra, un editor con vocación hispanoamericana (2003), y los de Juan Miguel Sánchez Vigil: Calpe. Paradigma editorial (2005) y La edición en España, industria cultural por excelencia (2009). Entre los artículos publicados son fundamentales los difundidos en el volumen monográfico que la revista literaria Ínsula dedicó a la colección Austral en su número 749 de 2009 (Sánchez Vigil et al., 2009; Satué, 2009; Durán et al., 2009), así como el de Fernando Larraz (2009) titulado “Política y cultura. Biblioteca Contemporánea y Colección Austral, dos modelos de difusión cultural”, publicado en el volumen XIV de la revista Orbis Tertius. Finalmente, cabe consignar la obra Attilio Rossi. El Guernica y la mirada hispanoamericana (Instituto Cervantes, 2007), y los trabajos de José Altabella (1984), Mercedes Cabrera (1994, 1990), José Luis de Diego (2007); José Carlos Mainer (1999) y Jesús Antonio Martínez Martín (2001), cuyos aportes han enriquecido el desarrollo de este escrito.

Resultados y discusión

Historia y desarrollo de la Colección Austral: la creación

La actividad editorial de la empresa Espasa-Calpe cesó durante la guerra civil al quedar confiscada las instalaciones en Madrid, si bien la dirección administrativa se trasladó a Bilbao, donde el editor Manuel Olarra trató de mantener el plan de publicaciones. La Delegación de Buenos Aires, creada en 1928 por Nicolás Urgoiti, con Gonzalo Losada al frente, tomó la decisión de poner en marcha una nueva colección con la que compensar la falta de ingresos debido a la guerra y al mismo tiempo combatir la piratería, tan intensa que afectaba a la producción.

El proyecto de Austral nació en 1936, aunque el primer número no se publicó hasta un año después. Losada contrató al escritor y crítico literario Guillermo de Torre, cuñado de Jorge Luis Borges, y ambos realizaron la primera selección de contenidos, partiendo de La rebelión de las masas de Ortega. Este hecho es el que ha dado lugar a confusión y al error de algunos autores (Ruiz-Castillo Basala, 1979) al considerar que el filósofo formó parte del equipo creador de la colección, cuando en realidad su participación no pudo producirse ya que vivió en varias ciudades de Europa hasta agosto de 1939. Ortega se trasladó a Argentina cuando ya se habían proyectado cerca de trescientos títulos; en la carta que envió a Gregorio Marañón desde París el 28 de diciembre de 1938, más de un año después de que la colección fuera comercializada, se observa que no sabía nada del tema:

Muchas gracias por las noticias sobre [Fernando] Vela. Le ruego que pregunte también a Araoz si ha visto recientemente a [Serapio] Huici y si ha podido orientarse algo respecto a los propósitos de Calpe. Porque la actitud de los de Buenos Aires me es cada vez más enigmática (López Vega, 2008, p. 202).

Guillermo de Torre había viajado a Buenos Aires en 1927 tras fundar junto a Ernesto Giménez Caballero La Gaceta Literaria. Diez años después, el 30 de septiembre de 1937, salieron los primeros títulos con el sello Espasa-Calpe Argentina, caracterizados por la numeración, el formato reducido (11,5x18 cm), el bajo precio y la temática diversa. Se establecieron dos tipos de libros en función del número de páginas: los sencillos hasta 240 y los extras hasta 700, diferenciados por un sello estampado en cubierta y sobrecubierta. El primer volumen extra fue el 2: Disraeli de Andrè Maurois.

Austral abrió la “época de oro” de la industria editorial argentina (1938-1955), así definida por Jose Luis de Diego (2006), dentro de la “tendencia generalizada de reconvertir en sociedades autónomas las antiguas sucursales americanas de la editoriales españolas” (Larraz, 2009). Se puso especial cuidado en el diseño y para ello se decidió la encuadernación con sobrecubiertas en colores: azul para las novelas y los cuentos, verde para el ensayo y la filosofía, naranja para las biografías y las vidas novelescas, negro para los viajes y los reportajes, amarillo para la política, violeta para el teatro y la poesía, gris para los autores clásicos y rojo para las novelas policíacas, de aventuras y femeninas. En 1940 se añadió el color marrón para la ciencia y la técnica. Los primeros números de cada color fueron: La rebelión de las masas de Ortega y Gasset (verde), Disraeli de Maurois (naranja), Rimas y leyendas de Bécquer (violeta), el anónimo Poema del Cid (gris), La isla del tesoro de Stevenson (rojo), Rosario al sol de Francis James (azul), Nueva York de Paul Morand (negro) y El cristianismo y el problema del comunismo de Berdiaeff (amarillo).

El bajo precio de Austral facilitó la producción y la difusión de los libros españoles, haciendo frente a las abundantes copias ilegales. Muchos de los autores se revelaron contra la piratería, a la que consideraban una lacra difícil de erradicar. La escritora Victoria Ocampo (1937) en el artículo “Plagas. La langosta y los gángster de las ediciones clandestinas” declaró sentirse avergonzada por la situación en Chile, donde no se respetaban los derechos. Como denuncia publicó los nombres y las obras de los autores afectados, la mayoría contratados por Espasa-Calpe: Meditaciones suramericanas y La vida íntima de Keyserling, El hombre y la técnica de Spengler¸ Disraeli de Maurois, Lujo y capitalismo de Sombart, Cultura femenina de Simmel, Juana la Loca de Pfandll, Historia del Mundo de Walter Gotees, más todas las obras de Ortega y Gasset, de quien se inventaron incluso dos libros Esquema de la crisis y El poder social.

La primera etapa se cerró tan solo dos meses después de su puesta en marcha, sin embargo la semilla ya había arraigado. Espasa-Calpe Argentina, de manera unilateral y sin contar con la casa matriz, decidió aumentar el capital social y el Consejo de Administración envió a Manuel Olarra Garmendia desde España para que controlara la situación. El enfrentamiento con Losada fue inmediato, no solo por cuestiones empresariales sino políticas, lo que dio lugar a que Losada abandonara la editorial para fundar su propia empresa, que a la postre sería un referente en la edición argentina y española. En el mes de diciembre de 1937 ya estaban a la venta una veintena de títulos y se anunciaba la contratación de casi un centenar.

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Figura 1. Cubierta del número 1.

La colección original: del éxito a la crisis

Manuel Olarra aprovechó la idea de Gonzalo Losada y en un corto periodo de tiempo lanzó al mercado los títulos que ya estaban en prensa. El éxito fue rotundo y el catálogo aumentó de manera considerable. Las páginas de crédito nos permiten conocer la evolución y el número de ejemplares publicado en los dos primeros años, que alcanzó los cincuenta. 

Espasa-Calpe Argentina fue una de las empresas editoriales que más libros suministró a la España en guerra, aunque los problemas burocráticos limitaran a veces la entrada de los envíos. Los ejemplares de Austral se recibían en desorden numérico, puesto que se editaban según se entregaban los originales y los números eran concedidos previamente, al realizar el contrato. En los tres meses de la contienda civil española salieron a la venta un centenar de títulos, y para el número 100 se eligió Flor nueva de romances viejos de Ramón Menéndez Pidal, publicado el 25 de agosto de 1938.

La media de títulos entre 1937 y 1939 fue de tres al mes, con tiradas de 12.000 ejemplares y unas 15 reimpresiones mensuales de 6.000. Se exportaba el 30% de la producción y el precio fijo impreso en la cubierta era de 1,50 pesos para el volumen sencillo y 2,25 para el extra.

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Figura 2. Sobrecubierta de Austral.

En enero de 1940 Olarra regresó a España para informar al Consejo de Administración de las gestiones efectuadas. Solicitó que se continuara imprimiendo en Argentina, el aumento de los títulos al año y la incorporación de autores clásicos ya que no era fácil obtener originales de los exiliados españoles (Espasa-Calpe, 1940). Aquel viaje pretendía mucho más que el mantenimiento y la difusión de la Colección Austral porque se entrevistó con destacados dirigentes de la cultura española, entre ellos Pedro Laín Entralgo, Juan Beneyto y los ministros de Educación y Justicia Pedro Sainz Rodríguez y el conde de Rodezno, con el objetivo de conseguir ayudas del Estado para la edición y distribución de obras españolas en Iberoamérica.

Ortega y Gasset fue contratado como asesor de ensayos y de las obras literarias en el verano de 1939 e intervino en la contratación de algunos títulos, entre ellos La hermana San Sulpicio dePalacio Valdés y Recuerdos de mi vida de Santiago Ramón y Cajal. En julio de 1940 la censura autorizó la publicación de las Poesías completas de Machado con prólogo de Dionisio Ridruejo, director general de Propaganda. Las obras del filósofo también fueron introduciéndose en la colección, como Ideas y creencias, que salió el 5 de octubre de 1940.

A partir de 1941 Julio Rey Pastor se ocupó de los libros de contenido científico y se incorporó el color marrón para este tipo de contenidos. En los siguientes cinco años la producción se mantuvo con cifras entre los 60 y 90 títulos (Tabla 1). En todos esos años la colección continuó imprimiéndose en Buenos Aires por cuestiones económicas, sobre todo porque el precio del papel era la mitad que en España.

Tabla 1. Títulos de la Colección Austral, 1937-1945

Año

Títulos

1937

18

1938

32

1939

52

1940

70

1941

75

1942

82

1943

72

1944

88

1945

59

Total

548

 

La producción de Austral en Argentina resultaba muy rentable para Espasa-Calpe, como puso de manifiesto Joaquín Sopena en la Asamblea de Editores de Madrid en 1944 al explicar que los australes impresos en Buenos Aires se vendían en España a 4,50 pesetas, y que de haber sido fabricados en España su precio habría sido de 7 (Larraz, 2009). En 1945 la colección alcanzó los quinientos títulos y publicó un catálogo con la siguiente presentación:

Espasa Calpe Argentina S.A. lleva adelante la publicación de su ya extensa y difundida colección Austral, formada básicamente con producciones de los primeros escritores de nuestros días, intercaladas con las obras cumbres clásicas que consagraron el prestigio de los más famosos autores de todos los tiempos.

Entre 1945 y 1950 se imprimieron casi quinientos nuevos títulos, por lo que a finales de 1949 se alcanzó el número 900, con una media de 70 al año desde 1937, lo que indica una producción mínima de nueve millones de libros si tomamos como referencia una tirada de 10.000 ejemplares (sin incluir las reimpresiones), media habitual por entonces en la mayoría de las editoriales (Tabla 2). A fines de los cuarenta la colección Austral representaba el 30% de los ingresos de Espasa Calpe Argentina (de Diego, 2006).

Tabla 2. Títulos de la Colección Austral, 1946-1950

Año

Títulos

1946

100

1947

146

1948

75

1949

46

1950

67

Total

434

En 1950 se decidió sacar al mercado el excedente de los ejemplares en rama y se reagruparon los títulos en trescientos volúmenes encuadernados en tela y en pasta española, éstos con estampación en oro. El 20 de noviembre de aquel año se alcanzó el número 1.000, y para conmemorarlo se escogió El Cid campeador de Ramón Menéndez Pidal. En los siguientes cinco años se publicaron otros 250 títulos. Los números editados en la década de los cincuenta fueron 279, casi todos en los primeros cuatro años (1951-1954), puesto que en los seis restantes (1955-1960) solo salieron 39 libros (Tabla 3). El ritmo de publicación en este periodo fue de entre 10 y 20 títulos nuevos al mes en primeras ediciones de 12.000 ejemplares y 15 reimpresiones mensuales de 6.000 ejemplares (de Diego, 2006).

Tabla 3. Títulos de la Colección Austral, 1951-1960

Año

Títulos

1951

59

1952

76

1953

36

1954

69

1955

8

1956

8

1957

0

1958

8

1959

6

1960

9

Total

279

Las páginas de crédito revelan la importante crisis arrastrada desde mediados de los cincuenta que finalmente derivó en el relevo de la dirección general de la casa matriz. En el plan de choque aplicado se redujeron costos y la inversión descendió considerablemente. Tan solo se publicaron cincuenta títulos, de ellos cuatro de Ortega y Gasset, entre enero de 1961 y diciembre de 1964, la mayoría impresos en España. Manuel Olarra consiguió que algunos de los títulos continuaran seleccionándose en Buenos Aires, aunque con el asesoramiento del escritor Federico Carlos Sainz de Robles.

Coincidiendo con el despegue económico de la segunda mitad de los sesenta, años en que se produjo el boom del turismo y la apertura de España hacia Europa con el apoyo de Estados Unidos, se publicó algo más de un centenar de títulos, pero de nuevo en julio de 1970 se produjo una recesión coincidente con el cambio de sede de las oficinas y talleres de la empresa desde la calle de Ríos Rosas en el centro de Madrid, a la carretera de Irún en las afueras de la ciudad. Aquel año se jubiló Manuel Olarra tras cerca de siete lustros de entrega en los que había conseguido pasar de los 1.400 números, todo un hito en la historia del libro español (Tabla 4).

Tabla 4. Títulos de la Colección Austral, 1961-1970

Año

Títulos

1961

19

1962

15

1963

8

1964

12

1965

13

1966

27

1967

8

1968

23

1969

26

1970

7

Total

158

Ese fue el momento en el que la editorial Alianza, con buen criterio, creó una colección de bolsillo del mismo corte que Austral, pero con un diseño moderno del que se encargó Daniel Gil. Los primeros números salieron en 1966, con originales de calidad y cubiertas ilustradas, más los contenidos acordes al momento. A partir de entonces la Colección Austral entró en una crisis permanente; de julio de 1969 a junio de 1971 se publicaron tan solo cuatro números, con el año 1970 en blanco. Se decidió entonces eliminar las sobrecubiertas, que se mantuvieron hasta el número 1498, titulado La guerra napoleónica de España de Georges Roux.

En 1973 dos colecciones de la editorial Cátedra se sumaron a Alianza Bolsillo: Letras Hispánicas y Letras Universales, ambas dedicadas a la literatura y por tanto clara competencia de Austral. A pesar de ello se publicaron tres títulos de media al mes hasta 1974. La edición en 1972 del número 1.500, Mujeres españolas de Salvador de Madariaga, fue un revulsivo que duró hasta 1977, año en que se inició el declive (Tabla 5). Dos años antes había comenzado la lenta agonía, a la que el nuevo director Fermín Vargas y el editor Félix Jimeno Léon hicieron frente lanzando en 1975 Selecciones Austral, con obras recuperadas del fondo antiguo y otras de nueva contratación, todo ello sin dejar de publicar la colección clásica.

Tabla 5. Títulos de la Colección Austral, 1971-1980

Año

Títulos

1971

22

1972

42

1973

35

1974

21

1975

22

1976

11

1977

12

1978

0

1979

3

1980

1

Total

169

Todavía mantuvo Austral su fuerza en el mercado hasta el año 1988 con otro centenar de títulos y una media inferior a seis al año, con excepción de 1985 en que salieron doce debido al cambio de diseño al que nos referimos más adelante (Tabla 6). El editor en ese periodo fue Mario Fernández González, asesorado por Juan Cueto Alas, Amando de Miguel y Andrés Amorós. En 1988 se publicó el número 1.678, el último de la versión original de la colección. Le correspondió el honor a La otra orilla y Las manos son inocentes, del dramaturgo JoséLópez Rubio, con prólogo de Gonzalo Torrente Ballester.

Tabla 6. Títulos de la Colección Austral, 1981-1988

Año

Títulos

1981

6

1982

5

1983

4

1984

5

1985

12

1986

5

1987

2

1988

1

Total

40

 

La década de los ochenta fue la crónica de la muerte anunciada a juzgar por el número de títulos de cada año. Aún así salieron al mercado 40 nuevas obras de gran tirada. Se optó entonces por cortar la colección clásica y apostar por el relanzamiento con un nuevo diseño. Lo que parecía un punto y final quedó en un punto y seguido, comenzó el proyecto de la segunda versión que se denominó Austral Nueva.

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Figura 3. Capricornio. Logitipo diseñado por Attilio Rossi.

Segunda versión: Austral Nueva

En 1987, antes incluso de que saliera el último número de la colección primitiva, el presidente de la editorial Espasa-Calpe, Ignacio Bayón, y el director editorial, Ramón Pernas, acometieron la idea de renovarla añadiendo un adjetivo al nombre: Austral Nueva. El editor responsable fue Víctor García de la Concha, asesorado por Juan Cueto Alas, Amando de Miguel y Andrés Amorós. Participaron también en el proyecto los editores Isabel de Miguel y Mario Fernández González. Amando de Miguel fue el encargado de redactar la presentación para el folleto divulgativo.

Austral Nueva siguió el modelo de la clásica, con número en el lomo para los coleccionistas. El primer título fue Luces de Bohemia de Valle-Inclán. La novedad consistió en encargar a especialistas un estudio sobre la materia, de tal manera que todos los ejemplares contaron con un texto introductorio que explicara y enriqueciera los contenidos. Se recuperaron clásicos de la literatura griega y latina, al tiempo que se seleccionaron materias de interés en el momento, como El origen de la especies de Darwin en edición de Jaume Josa, o Mahoma de Juan Vernet.

Se ordenó en tres series, coordinadas por Javier Tusell, Juan Encinar y Fernando Savater, y a partir de 1989 los contenidos se centraron en dos líneas: ensayo y literatura, bajo responsabilidad de García de la Concha, que encargó el ensayo a Isabel de Miguel, sustituida después por Pilar Cortés, y la literatura a Celia Torroja. En 1992 se añadió una cuarta serie, denominada Contemporáneos, que diseñó Antonio Rodríguez-Índigo, con ilustraciones en cubierta, y cuyos primeros autores fueron Eduardo Mendoza, Fernando Savater, Luis Mateo Díez y Soledad Puértolas.

Tercera versión: la era Planeta

En 1997, cinco años después de que el Grupo Planeta comprara la editorial Espasa-Calpe, la colección se reestructuró de nuevo y fue presentada el Día del Libro, con Víctor García de la Concha y Celia Torroja como responsables, más un consejo asesor compuesto por Fernando Savater, Juan Pablo Fusi y Rafael Conte. El diseño fue realizado por la empresa Tasmanias, que recuperó la figura de Capricornio y cuatro de los colores que tradicionalmente habían tenido las cubiertas: azul (narrativa), amarillo (poesía), rosa (teatro) y verde (ciencias y humanidades). En las sucesivas ediciones o reimpresiones se fueron cambiando las cubiertas de Enric Satué para igualar los 398 números anteriores que se habían publicado con distinto diseño; es decir que la colección continuó la numeración en lugar de empezar de cero. El primer título con el diseño de Tasmanias fue Libros de Navidad de Charles Dickens, prologado por Luis Suñén.

De esta colección se reservaron tres números (500-502) para la edición de El Quijote que preparaba Alberto Blecua, que finalmente no fueron publicados hasta mucho tiempo después, en 2008, con distinto diseño de Joaquín Gallego. El acto de presentación de los australes de la era Planeta se celebró el 23 de septiembre de 1988 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, con intervención de Juan González Álvaro, Víctor García de la Concha, Juan Pablo Fusi, Rafael Conte y Emilio Lledó.

En el año 2000, pasados los quinientos títulos, Nuria Esteban Sánchez sustituyó como editora a Celia Torroja. Por entonces la media anual de números era de una veintena. Esteban, sin ayuda de asesores externos, mantuvo el prestigio de la colección con títulos de referencia como Historia de España de Valdeón, Pérez y Juliá (nº 543, 2003). Los textos biográficos y los comentarios a los contenidos de las contracubiertas fueron realizados por Victoria Serrano. El último número de esta colección fue el 579: Tristana de Pérez Galdós, en edición de Germán Gullón. El Ministerio de Cultura galardonó a Nuria Esteban con el Premio Nacional al Fomento de la Lectura de 2006. El número de ejemplares vendidos a finales de ese año, desde su aparición en 1937, se estimó en cincuenta millones, con cerca de dos mil títulos vivos.

Cuarta versión: Austral Hoy

Con motivo de la celebración de los setenta años de su creación, en 2007, las direcciones de editorial y marketing de Espasa-Calpe decidieron reinventar la colección para transformarla en una serie de clásicos de referencia dentro del Grupo Planeta. Eduardo Bofill, consejero delegado, encargó a Pilar Cortés que estableciera nuevos criterios y la idea fue incorporar textos de autores consagrados procedentes de otros sellos del Grupo (Destino, Minotauro, Plaza y Janés, Seix-Barral, etc.), más los habituales clásicos de la colección primitiva. Los planteamientos fueron: revisar y actualizar las ediciones de títulos recomendados en las escuelas, potenciar las antologías y añadir escritores contemporáneos.

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Figura 4. Cubierta de 1944 con el sello de la censura española.

En esta etapa la colección se denominó Austral Hoy y se produjo un aumento del formato, pasando de 11,5x18 cm a 12,2x19 cm. Las cubiertas las diseñó Joaquín Gallego y de nuevo se renumeró la colección, con el detalle de mantener a Luces de Bohemia de Valle-Inclán con el número 1. Fue en este periodo cuando se incorporó la edición de El Quijote de Alberto Blecua con el número 500 que faltaba en la versión anterior. El logotipo con el símbolo de Capricornio siguió siendo la referencia para los lectores, y las características en cuanto a la edición fueron: introducción general de un experto en la materia, comentarios de la biografía y obra del autor, anotaciones con aclaraciones léxicas y literarias, apéndices documentales y cronologías sobre hechos históricos y socioculturales.

Austral Hoy, fiel a su pasado como colección de fondo, tuvo además en este periodo el incentivo de ofrecer nuevos títulos de referencia en la literatura universal: Historia del tiempo de Stephen Hawking, La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza, Nada de Carmen Laforet, El Camino de Miguel Delibes, Rebelión en la Granja de Orwell o El Hobitt de Tolkien.

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Figura 5. Solapa corregida de La lámpara maravillosa de Valle-Inclán, impreso en Buenos Aires.

Quinta versión: de colección a sello editorial

Tras un periodo de transición en el que la colección se ha mantenido viva, pero inmersa en una crisis, aprovechada para lanzar ediciones especiales y variantes a las que nos referimos en el epígrafe siguiente, la editorial Planeta decidió crear en febrero de 2010 un sello especial para la emblemática Austral, lo que significa un importante cambio al adquirir autonomía propia. La editora responsable del nuevo proyecto es María Teresa Castaño, cuyo objetivo general es conseguir nuevos lectores desde la literatura de calidad.

Se estructuraron dos modelos en cuanto al contenido, diferenciados por el diseño como era tradicional: Austral Clásica y Contemporánea. En el primero se publican textos anteriores al año 1927, tomando como referencia la generación de los poetas de la vanguardia española; para el segundo se seleccionan autores con obra posterior a los años treinta, tanto españoles como extranjeros. En este caso es fundamental el catálogo de Planeta, desde el que se recuperan títulos de relevancia no editados anteriormente en bolsillo por cualquiera de las empresas del Grupo. De esta forma la pretensión es que Austral pase de las estanterías a las mesas de novedades.

El primer título de la serie Clásica fue El origen de las especies de Darwin, y de la serie Contemporánea El hombre sin atributos de Robert Musil. La media de novedades en el periodo 2010-2011 es de 20-25 obras, con una oferta que supera los tres centenares sumando las dos series. Las tiradas varían en función de los títulos y se ajustan a la demanda de mercado, con respuesta inmediata desde los departamentos responsables.

El nuevo sello Austral forma parte del proyecto Planeta Lector, destinado a la difusión de la literatura en colegios, institutos y universidades, siguiendo los ciclos educativos, con herramientas diseñadas para que el profesorado trabaje los libros de autor en las clases. Este es otro de los objetivos planteados por la editora con el fin de fomentar la lectura entre los jóvenes.

Otros modelos de Austral

En 1975, como hemos comentado anteriormente, Espasa-Calpe decidió sacar al mercado una nueva colección que denominó Selecciones Austral y cuyos contenidos procedían en parte de la clásica. A partir de entonces se generaron y continúan generándose varios modelos que llevaron y llevan el nombre Austral: Austral Juvenil. Austral Infantil, Austral Summa, Gran Austral y Austral Edición Especial. Los objetivos han sido distintos en cada caso como se observa en el estudio de estos modelos.

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Figura 6. Edición conmemorativa de La isla del tesoro

El diseño: de Attilio Rossi a La Compañía

Sobre el diseño de las cubiertas Austral se ha especulado durante años hasta que fue develado el nombre de su creador, el artista italiano de vanguardia Attilio Rossi (Sánchez Vigil y Olivera Zaldua, 2009). Andrés Trapiello, antes de conocer la autoría, comentó que se caracterizaba por una rarísima conjunción del azar, la necesidad y la economía de medios: “No es ni siquiera una cubierta tipográficamente perfecta (tira más bien a sosa, pese al chovinismo de los historiadores del terruño), y sin embargo a ninguna le estaba reservado el raro privilegio de permanecer en la memoria de tres generaciones” (Trapiello, 2006, p. 263). Alberto Corazón (2000) supuso que el autor se inspiro en la colección inglesa Penguin, considerada la primera entre las colecciones de bolsillo (a nuestro juicio erróneamente) y creada por Allen Lane de la editorial The Bodley Head con diseño de Edgard Young. La cubierta de Penguin se divide en tres partes iguales, coloreadas la inferior y superior, con el nombre de la editorial arriba, el título y nombre del autor en el centro, y el logotipo abajo. Los colores iniciales fueron tres, de acuerdo con los contenidos: naranja para la ficción, verde para la novela negra y azul para las biografías. Enric Satué, en una valoración más acertada, lo consideró vanguardista en el texto del catálogo de Austral:

El diseño original de las sobrecubiertas de Austral se mantiene, afortunadamente, en el anonimato. Si, además, aceptamos la hipótesis de que su autor fue un español exiliado a Buenos Aires, la fortuna es doble, por cuanto permite presentarlo como obra de un pueblo cuyas inmensas energías creadoras darán a España un impulso que asombrará al mundo, como escribió Joan Miró al pie de su proyecto Aidez l´Espagne, en este mismo año de 1937 (Austral: Tal como somos, 1987).

Gonzalo Losada, director de Espasa-Calpe Argentina, encargó a Guillermo de Torre el proyecto de Austral y este contó para el diseño con el artista Attilio Rossi, quien había llegado a Argentina en 1935 huyendo del fascismo. Rossi había estudiado artes gráficas y diseño en la Scuola del Libro dell´Umanitaria de Brera, y había trabajado en varios talleres tipográficos. En 1933 fundó la revista Campo gráfico, de corte vanguardista, y a su llegada a Buenos Aires fue recomendado por Cesare Zavattini y Eduardo Mallea, a quien había conocido en Italia. Su relación con Guillermo de Torre le acercó a la revista Sur, de la que fue crítico de arte, y a la editorial Espasa-Calpe.

Losada relató al periodista Duelo Cavero la forma en que Attilio Rossi desarrolló la cubierta, con una primera idea que fue desechada por Jorge Luis Borges cuando Rossi y Guillermo de Torre le presentaron el boceto. De la lectura del fragmento que seleccionamos se deduce que efectivamente debió de influir el diseño de la colección inglesa Penguin, que como su nombre indica tenía en la cubierta un pingüino:

Y nace así la Austral. El diseño lo hizo mi inolvidable amigo Attilio Rossi, un italiano que era un artista genial. De la parte literaria de la colección se encargó otro grande en su especialidad, Guillermo de Torre. Salvo en pequeños detalles, el diseño es el mismo que se conoce hoy. Pero de entrada se produce ya una modificación que merece comentario aparte. Attilio había elegido como emblema o logotipo de la colección un oso, un oso impresionante, blanco, realmente blanco polar y que venía al pelo. Pues bien, el mismo día que Attilio termina el dibujo del oso, Guillermo de Torre corre con el boceto a su casa para mostrárselo a su mujer Norah, hermana, como usted sabe, de nuestro querido Jorge Luis (Borges). Éste, que a la sazón se hallaba allí de visita, miró la cubierta y comentó: “Sí, está lindo, ¿no?... Pero yo creo que nosotros, aquí en la Antártida, no tenemos osos, ¿no?” Y estaba en lo cierto Georgie, porque en aquellas heladas regiones, por alguna razón que desconozco, no existen osos blancos ni de ningún otro color. Fue una lástima tener que desechar la idea de Rossi y cambiar el oso por el signo de Capricornio. No era lo mismo” (Duelo Cavero, 1975, p. 530-534).

Attilio Rossi trabajó el diseño de Austral en dos partes: cubierta y sobrecubierta, siguiendo un modelo sobrio. En la primera enmarcó el texto con dos líneas marrones sobre fondo blanco, distribuyéndolo en dos partes; en la superior coloco el autor y título de la obra, en la inferior el logotipo y el título de la colección en la inferior. Para las sobrecubiertas pensó en un fondo tramado de diferente color según el contenido (novela, viajes, poesía, etc.), con un amplio espacio central rectangular para el autor y título, con una banda gruesa de color negro en la parte inferior en la que caló el título de la colección y sobre ella el logotipo: la cabra que simboliza la constelación Capricornio. La solapa primera la reservó para información sobre el autor y la obra, y la segunda para explicar el sentido de los colores de la colección y publicitar los volúmenes publicados.

Guillermo de Torre y Attilio Rossi disfrutaron poco tiempo del éxito porque tan solo dos meses después de crear la colección abandonaron la editorial Espasa-Calpe en un gesto de solidaridad con Gonzalo Losada, que puso en marcha la nueva empresa de su nombre y la colección Contemporánea con el logotipo diseñado por Rossi, que trabajó veinte años en esa editorial al tiempo que generó una importante obra gráfica con la que ilustró Poemas (1943) y El Aleph (1949) de Borges, y Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Neruda (1948), entre otras muchas obras.

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Figura 7. Bodegón de Australes

Rossi (1976) recordó su paso por Espasa-Calpe y reveló que los motivos por los que Losada salió de la empresa fueron políticos:

Al tempo della guerra civile ero, infatti, impegnato come direttore artistico nella casa editrice Espasa Calpe Argentina. Pasata quest´ultima a Franco propio quando avevo già lanciato una colezione economica che doveva avere grande suceso, io e un piccolo grupo di intellettuali (lo scritore Guillermo de Torre, il filosofo Francisco Romero y Gonzalo Losada, già dirigente di Espasa Calpe), fondammo l´attuale casa editrice Losada, con lo scoppo di pubblicare tutto quello che era ormai vietato presso l´altro editore.

El diseño clásico de Austral fue modificado por primera vez en 1985. El poeta y crítico de arte José Corredor Matheos, asesor de la colección y antiguo responsable de la edición de la Enciclopedia Universal Ilustrada en Barcelona, sugirió que fuese Enric Satué quien realizara el boceto de cubiertas y la tipografía. El resultado fue la eliminación de las solapas, la incorporación de la trama de color en el fondo, la supresión de la banda negra sobre la que se calaba el título y la reducción del tamaño del logotipo. En la contra de cubierta se imprimieron los textos con los datos del autor y su obra. El cambio se realizó a partir del número 1.651: Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850 y El 18 brumario de Luis Bonaparte, de Karl Marx, con estudio preliminar de Ramón García Cotarelo. Enric Satué consiguió un cambio radical sin que el original perdiera sus valores, puesto que el nuevo modelo seguía fiel al primitivo.

Del primer relanzamiento de Austral, que se denominó Austral Nueva se ocupó también Enric Satué, que respetó la idea original con la trama y el título en dos colores sobre un fondo suave. El logotipo de Capricornio fue sustituido por seis diferentes para definir las materias: literatura, filología, pensamiento, historia, ciencias y arte-ocio. El diseño de la cuarta versión fue encargado a finales de 2006 a Joaquín Gallego, quien cambió la tipografía (letra futura Book y Médium para cubierta y portadillas; Transit normal para la contracubierta). Recuperó el logo corporativo de Capricornio y en la portada incluyó la referencia a los temas: poesía, teatro y ciencias-humanidades.

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Figura 8. Modelo de 2007. El Quijote de Alberto Blecua.

El diseño actual ha sido elaborado por el estudio La Compañía en 2010, con una línea similar a la tradicional para la serie Clásicos, manteniendo el logotipo y los colores que definen los contenidos en cinco campos: teatro, narrativa, poesía, ciencia y humanidades. En la serie Contemporánea incorpora ilustración en las cubiertas, a modo de concepto de los contenidos, que se encarga de desarrollar en cada título Laura Comellas. El diseño de la renovada Colección Austral Clásica ha sido finalista en la categoría “Colección de Portadas” de los Premios Laus de Diseño Gráfico y Comunicación Audiovisual de 2011.

Conclusiones

Austral es una de las primeras colecciones de bolsillo del mundo y la más importante en la lengua española, heredera de la colección Universal de la editorial Calpe.

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Recibido: 11 de agosto de 2011.
Revisado: 9 de noviembre de 2011.
Aceptado: 6 de diciembre de 2011.


Cita recomendada:

Sánchez Vigil, Juan Miguel y Olivera Zaldua, María. 2012. La Colección Austral: 75 años de cultura en el bolsillo (1937-2012). Palabra Clave (La Plata) [en línea], vol. 1, nº 2, p. 29-47. Disponible en http://www.palabraclave.fahce.unlp.edu.ar.

 

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